Juntos en la Aventura

Un blog de Angela Posada-Swafford sobre ciencia, exploración y las cosas extrañas con que me encuentro durante algunos de mis reportajes./ A BLOG ABOUT COOL SCIENCE, EXPLORATION, AND SOME PERSONAL ADVENTURES IN SCIENCE REPORTING.

martes, 5 de octubre de 2010

Al mejor estilo de Julio Verne


Ahora que está publicada mi novela de aventuras y ciencia EN BUSCA DEL CALAMAR DEL ABISMO (Grupo Planeta, Colombia), acerca de cómo un grupo de chicos acompañan a un científico al fondo del mar para encontrarse con el aterrador calamar colosal (Mesonychoteuthis hamiltoni), me pongo a repasar la increíble aventura de los biólogos verdaderos en cuyo trabajo me basé para dar a conocer a esta criatura magnífica.

Un ser de las profundidades para el cual la palabra “monstruo marino” es realmente aplicable, (al mejor estilo de Julio Verne) el calamar colosal podría llegar a medir hasta 12 o 14 metros -aunque nunca nadie ha visto uno vivo en su medio ambiente natural. El único que se vio, fue una hembra subadulta que llegó moribunda a la superficie entre las redes de un pescador de merluzas antárticas.

Comencé a escribir la novela pensando exponer al calamar como un ser brutal, una máquina de matar, con tentáculos llenos de garfios que se mueven en todas direcciones, y en el centro de la cabeza, un enorme pico córneo de loro.

Y sin embargo, a medida que escribía y que aprendía sobre este espectacular molusco, sucedió algo: me enamoré de él. Mesonychoteuthis tiene la sangre azul, vive a más de 1,000 metros de profundidad, tiene tres corazones, y el ojo más grande que haya existido en ningún animal, vivo o extinto (del tamaño de una cabeza humana). Y, si fueras a pedir anillos de este calamar te traerían redondeles del tamaño de una rueda de tractor. Pero no te gustarían. Sabrían a orines, porque sus tejidos están llenos de amoniaco.

Encontrarlo cara a cara en las profundidades, el sueño dorado del teutólogo (experto en cefalópodos) neozelandés Steve O'Shea, ha de ser un espectáculo formidable, pues al igual que sus pequeños primos de 10 centímetros, Mesonychoteuthis debe ser bioluminiscente. Me lo imagino encendiendo los órganos luminosos de su manto en oleadas que viajan furiosamente por todo su cuerpo, cambiando del rojo al amarillo, al blanco, azul, al rojo profundo, titilando, vibrando bajo los impulsos nerviosos que emite su gigantes cerebro, el más grande de todos los moluscos.

El mar aún guarda sus misterios. Para mí, Mesonychoteuthis es uno de los más fabulosos. Una criatura que vive fuera de nuestra vista y nuestra conciencia, en el sótano del planeta, a presiones inclementes, en números que no alcanzamos a imaginar. Su fortaleza y supremacía nos ha llevado a comparar esta forma de vida tan poco familiar con un extraterrestre. Y yo pienso que es algo parecido: algo que proviene de ese otro mundo que el tiempo olvidó. Ese mundo que llamamos “el abismo”, y que desconocemos casi por completo.

1 comentarios:

Blogger RosaMaría ha dicho...

Una explicación teórica y a la vez "romántica" del calamar... (qué rico es..) aparte de lo maravilloso de su ser corporal y de su capacidad de iluminarse según el ánimo, me imagino...
Una descripción preciosa, te felicito por la publicación. Un abrazo cariñoso.

martes, octubre 12, 2010  

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