Juntos en la Aventura

Un blog de Angela Posada-Swafford sobre ciencia, exploración y las cosas extrañas con que me encuentro durante algunos de mis reportajes./ A BLOG ABOUT COOL SCIENCE, EXPLORATION, AND SOME PERSONAL ADVENTURES IN SCIENCE REPORTING.

jueves, 10 de julio de 2008

Cómo curar un arrecife herido



Esta semana he estado asistiendo a una conferencia mundial sobre arrecifes coralinos que se da cada cuatro años en un lugar distinto del mundo, y que se llama International Coral Reef Symposium. Puesto que esta vez es en Fort Lauderdale, a menos de una hora de distancia, decidí aprovechar para sentarme entre más de tres mil expertos en arrecifes. Me esperaba una reunión donde sólo se habla de escenarios de tragedia, quejas sobre la pérdida de los arrecifes del planeta (muy legítimas, por cierto), golpes de pecho y lamentaciones.

Pero en medio de algo de eso, me sorprendió ver la cantidad de “papers” científicos de “acción”. Estudios sobre soluciones, ideas sobre cómo restaurar a una barrera herida. Sugerencias sobre cómo hacerle el “triage” a un coral: igual que en la guerra, donde alguien tiene que decidir a qué soldados dejar morir y cuáles salvar, los funcionarios encargados de manejar este recurso crucial para la humanidad van a tener que decidir qué corales vivirán y cuáles seguirán su destino inevitable, hirviendo bajo el sol abrasador y el agua caliente, y sofocándose entre los ríos de contaminación.

Un concepto nuevo en esta conferencia es que hay muchos corales que son resistentes. Que pelean contra los cambios de ambiente, que a viento y marea quieren vivir. Entonces se trata de ayudarles a esos a salir adelante. ¿Qué hace más o menos resistente a un coral? Entre otras cosas, su relación con el alga zooxantela, una de las amistades más hermosas del mundo natural. El alga le da energía al coral en forma de nutrientes, y el coral le da un apartamentito con vista. Hay algas que son inquilinos tenaces. No se arredran ante nada. Pero hay otras que son unas cobardes: salen huyendo al menor cambio de temperatura.

Entre las soluciones que se están manejando en la comunidad de “coralólogos”, está la de quizás inyectarles a los corales algas de esas que se lo aguantan todo. Me encanta la idea. Otra solución simpática es ponerle un “sombrero” a ciertos arrecifes, literalmente cubrirlos con algo que les dé sombra. Pero también hay montones de proyectos de restauración de arrecifes, usando lo que los científicos llaman “biorocas”, piedras donde un pólipo de coral huérfano pueda sentirse bienvenido para iniciar una colonia.

Hay otros conceptos bastante novedosos acerca de la ecología de los arrecifes. Por ejemplo, que no es sólo cuestión de que una elevación en la temperatura del agua les haga daño, sino que el aumento de la acidez del agua (igualmente causado por el calentamiento) hace que sus esqueletitos de carbonato de calcio no queden bien construidos, y que eventualmente se desintegren los edificios de apartamentos. El otro concepto es que los peces loro, que son como las ovejas y las vacas de un arrecife, están comenzando a declinar, lo cual significa que las algas comienzan a tomarse algunos arrecifes. Not good. Pero igual que con los otros problemas, incluso aquí los biólogos de la Universidad de Hawai proponen una aspiradora submarina para chuparse las algas.

En fin, que el sabor que me está dejando esta conferencia es que los científicos han pasado a la etapa de arremangarse la camisa ante lo inevitable (la muerte de muchos corales por cambio climático) y actuar. Espectacular. No puedo evitar ver siempre el vaso medio lleno y no medio desocupado.

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Me gustan las soluciones, que usen las 3.

viernes, julio 11, 2008  

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